
-Debes de estar bromeando, Tía Sophie-.
Se mofó la Dra. Lauryn Meade cuando leyó la traducción de la llamativa caligrafía, arrojando el pergamino sobre la mesa del comedor al lado de la caja con la que vino.
-Abre el paquete, querida muchacha, y ya veremos..... Descargar aquí
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