Slade podía verla aún como la hermana menor de su amigo y necesitada de protección, pero Bronwen pensaba distinto.
Ocho años antes, ella quedó aterrorizada por la maldad de Slade, así que ahora no se dejaría impresionar por su atractivo.
Y para colmo, resultaba obvio que él no había cambiado. Bronwen sabía que animadversión era lo único que ella podría sentir por él.
Sin embargo, Slade tenía otras ideas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario